UNA SELECCIÓN DE MIS RELATOS MAS ATREVIDOS

jueves, 3 de septiembre de 2015

MINI RELATOS (2): HERMANAS



     - ¡Te he dicho que NO!
- Tú no eres nuestra madre. No me digas lo que tengo que hacer. Tú no decides en mi vida.
- Llevo cuidando de ti desde que nuestros padres murieron. Tengo derecho a opinar.
- Ya soy mayor de edad. Y si decides echarme de casa, me iré a vivir con él.
La hermana mayor se tranquilizó un poco y se frotó las sienes antes de continuar.
- Sé qué crees que ese chico te conviene. Pero yo tengo más experiencia y sé de lo que hablo.
La hermana pequeña se mantuvo firme.
- Tú no tienes ni idea.
Fue lo que dijo antes de irse hacia el portal, donde el chico había escuchado la conversación preocupado.
- Espero no haber causado problemas –dijo.
- Tranquilo. Mi hermana es un poco bruja, pero es buena persona –le rodeó el cuello con los brazos y le besó apasionadamente en los labios –. Vamos a mi cuarto –le dijo guiñándole un ojo.
- Pero… ¿y tu hermana?
- Tranquilo. No nos molestará –sonrió maliciosamente –. Si quieres, le digo que se nos una…
El chico rió mientras meneaba la cabeza.
- No tienes remedio…
Volvieron a besarse y corrieron a toda prisa hacia las escaleras que daban a la parte de arriba de la casa. Desde el umbral, la hermana mayor los observaba muy seria.


Más tarde, los dos jóvenes se encontraban en el dormitorio de la chica, tumbados sobre la cama uno junto al otro, con sus cuerpos desnudos empapados en sudor y recuperando el aliento.
- Ha sido maravilloso. Jamás había estado con una chica que se moviera así en la cama. Luego me dirás como aprendiste a follar de esa manera.
- Me enseñó mi hermana...
Él volvió a reír.
- Tu hermana, ya –dijo incrédulo y en plan sarcástico –. Ahora dime, ¿Cómo te enseñó?
- Solía prestarme a los chicos que se follaba cuando empecé a hacerme mayor...
El chico volvió a reír; esta vez, con unas carcajadas más grandes.
- Venga ya, tía. ¿Esto es verdad…?
La chica sonrió de manera diabólica.
     - Pregúntaselo a ella... –dijo alzando la mirada.
El chico giró la cabeza bruscamente y vio a la hermana mayor junto a la cama portando un enorme cuchillo de cocina que le clavó en el cuello antes de que pudiera reaccionar. Mientras se ahogaba en borbotones de sangre, el chico miró a la hermana pequeña, quién se reía de una manera que asustaba con la cara manchada por salpicaduras de su sangre.


Más tarde, las dos hermanas estaban cenando en el comedor; disfrutaban de un sabroso asado de carne.
- Tenías razón, hermana –dijo la pequeña –. No había mucho donde sacarle. Encima, creo que era vegetariano –hizo un gesto de repugnancia.
- Ves, ya te dije que ese chico no te convenía. No entiendo esa manía de salir con flacuchos habiendo tantos chicos rollizos donde elegir.
- Ya. Pero es que son muy fáciles de ligar y a mí me gustan los retos.
- Tu haz caso a tu hermana mayor. Ningún reto puede compararse con una buena cena.
- Tienes razón, hermana; siempre la tienes –cortó un trozo de carne con el cuchillo y el tenedor y lo miró de forma fastidiosa –. Por culpa de mis caprichos, nos vamos a quedar con hambre.
La hermana mayor sonrió maliciosamente.
- Tranquila, pequeña. Le he pedido a mi novio que venga esta noche. Se muere de ganas de hacer un trío…








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