UNA SELECCIÓN DE MIS RELATOS MAS ATREVIDOS

martes, 8 de septiembre de 2015

MINI RELATOS (5): "SÉ QUE VIVES SOLA..."







Sara entró en su apartamento. Era ya bastante tarde. Después de trabajar se había ido con unas amigas, ya que dentro de unos días era su cumpleaños, y se le había ido el santo al cielo. Por suerte, vivía sola y no había nadie que le reprochase nada. Aún recordaba las broncas de su madre cuando llegaba del colegio unos minutos después de lo previsto.
Se estaba empezando a desnudar para darse una ducha cuando el teléfono sonó.
- ¿Diga?
Sé que vives sola… –dijo una amenazadora voz masculina al otro lado del aparato.
Sara tomó aquello como una broma y colgó. El teléfono volvió a sonar inmediatamente y lo descolgó de nuevo.
Vuelve a colgarme, zorra, y sabrás lo que es bueno.
- ¿Quieres que llame a la policía? –dijo ella desafiante.
Se oyeron unas carcajadas al otro lado del auricular.
Como me gustan las chicas modernas que os sentís fuertes e independientes viviendo solas. Luego, antes de morir, seguro que desearíais haber tenido un hombre al lado que os protegiera…
Sara empezó a estar asustada, pero se mantuvo firme y desafiante.
- Mira, imbécil. He visto Scream muchas veces y me gustan las películas de terror. Me conozco bien esta cantinela.
Se oyeron otras carcajadas.
Si has visto Scream, sabrás entonces como terminará esto…
Sara sintió un escalofrío recorriendo su espalda. Sin despegarse el inalámbrico de la oreja, corrió a cerrar la puerta del pestillo.
Demasiado tarde. Eso ya no te salvará…
Entonces, la puerta de un armario se abrió de golpe y de ella salió un tipo vestido con ropa militar negra y la cabeza cubierta con un pasamontañas que portaba un enorme puñal. Sara gritó y le lanzó el teléfono, pero el tipo lo esquivó y siguió avanzando hacia ella.
La chica trató de abrir la puerta para intentar huir, pero no le dio tiempo. El tipo se dispuso a agarrarla, pero ella logró esquivarlo y trató de huir por el interior del apartamento. Sin embargo, el individuo era rápido y pronto la agarró, taponándole la boca con una de sus enguantadas manos para evitar que gritara.
- Que ironía –le susurró con la misma voz que en el teléfono –. Prisionera en el mismo apartamento donde te sentías tan segura…
La arrastró hacia el dormitorio y cerró la puerta.
Entonces, se abrió la puerta del cuarto de baño y de ella salieron los padres, los hermanos y las cuñadas de Sara. Todos miraron hacia la puerta del dormitorio.
- Creo que nos hemos pasado –dijo el menor de los hermanos.
- Es solo una broma –dijo el hermano mayor –. Luego se vengará en nuestros cumpleaños.
El padre era quién parecía más serio.
- ¿Crees que era necesario todo esto?
- Ya sabes que cada vez es más difícil sorprenderla –dijo la madre –. Además, a ver si con un susto como este se digna a buscar novio y me obsequie con una buena boda de una vez, como han hecho sus hermanos. Yo a su edad ya estaba casada.
- Ella eligió vivir así –replicó el padre.
- Los sé. Pero no me gusta que mi única hija viva sola en un apartamento con lo peligroso que es. Nunca hace caso de mis advertencias.
- Bueno –interrumpió el hermano mayor –. Terminemos ya con esto. Ese actor cobra por horas y nos puede salir esto por un pico.
Todos caminaron sigilosamente hacia el dormitorio, se colocaron alrededor de la puerta y, cuando estuvieron preparados, irrumpieron en la habitación dispuestos a gritar: ¡SORPRESA!
Pero la sorpresa se la llevaron ellos. El tipo del pasamontañas yacía en la cama en medio de un enorme charco de sangre. Sara se encontraba al píe de la cama completamente inmóvil y casi en estado de shock. Estaba completamente empapada por la sangre del tipo y portaba unas tijeras ensangrentadas en una mano.
Temblorosa, la chica se volvió hacia sus familiares, que la miraban petrificados con los ojos y la boca muy abiertos.
- Ha intentado matarme –dijo ella con voz temblorosa –. Menos mal que escondía estas tijeras bajo la almohada…







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